Sudamérica parte de mi

Tengo Sudamérica en mi corazón. El hermano de mi bisabuelo, el tío Francesco, se había mudado allí y, a pesar de la enorme distancia, mi abuelo y mi padre siempre mantuvieron un vínculo estrecho hecho de cartas, fotos en blanco y negro y recuerdos. Con el tiempo, ese familiar con su descendencia se convirtió en nuestro ADN latinoamericano.

Cuando después de muchos de años fui yo quien cruzó el océano para llegar a Buenos Aires, encontré ese pedazo de familia, esos colores y esa energía de la que siempre solo había oído hablar, me pareció que siempre los había vivido, que yo había encontrado mi segundo hogar. Argentina se hizo parte de mí y pude integrarme y conocer las realidades de Brasil, Uruguay, Venezuela, Chile y Perú. En estos años de viajes entre Italia y Sudamérica, me di cuenta de cuánto valor tiene la comunidad de italianos que allí reside, que como nación no podemos perder.

Este año decidí hacer más, elegí comprometerme a hacer crecer esa comunidad de italianos y garantizarles derechos como asistencia. Elegí hacerlo presentándome a la Cámara en la circunscripción extranjera de América del Sur porque creo que es el deber de cada uno de nosotros comprometernos con nuestra propia comunidad y mi comunidad también es la sudamericana.

Compromiso político en América del Sur

Convalidación de Títulos secundarios

Definitivamente creo en la convalidación de títulos secundarios. Tengo una matriz empresarial y en mi historia personal es fundamental para mí que las mujeres y los hombres siempre puedan estar en condiciones de trabajar, moverse y empezar de nuevo. Es por esto que la convalidación de títulos es fundamental. Italia debe seguir siendo un hogar real y accesible para los italianos que viven en el extranjero, lo que significa que las calificaciones del nivel secundario obtenidas puedan convalidarse con procedimientos no burocráticos, simplificados y casi automáticos. Hoy la burocracia dura meses, a veces años, provocando así la frustración, y la desvinculación con nuestro país, dificultades para acceder a un puesto de trabajo o incluso a una universidad. La ratificación del Convenio de Lisboa que debía garantizar a todos la evaluación de sus títulos académicos y facilitar las prácticas no ha aligerado en modo alguno y, además, ha vinculado el reconocimiento del título a la finalidad y al objetivo para el que se exige. Por lo tanto, los italianos se ven obligados a hacer frente a diferentes procedimientos y ponerse en contacto con los organismos pertinentes en virtud del uso que tienen que hacer de su título. Sin carriles preferenciales, solo esperas interminables. Por eso yo quisiera promover un sistema de convalidación automático y simple de implementar para todos los italianos.

Ministerio italianos en el exterior

Italia es para los que viven en el extranjero como una madre abandonada en la adolescencia, ya adulto para irte de casa, pero no del todo completo y maduro como persona. Es un lazo afectivo y cultural profundo que nos mantiene unidos. Tener un Ministerio al que acudir y que se preocupe exclusivamente de mantener vivo, apoyar, proteger y fortalecer ese vínculo es fundamental para nosotros. No puede ser el Ministerio de Asuntos Exteriores, que ya tiene demasiadas funciones y gestiones complejas sino un Ministerio dedicado a los que son italianos pero que no viven dentro de las fronteras de la bota. Un italiano que está en el extranjero necesita de un organismo institucional que garantice la igualdad de derechos y deberes. Los consulados no son suficientes porque están saturados y no dan el apoyo que merecen los italianos, entonces necesitamos, como en los años 90, renovar el ministerio de los italianos en el mundo que trabaja para mejorar los acuerdos con los países receptores.

Ius Sanguinis

Italia es para los que viven en el extranjero como una madre abandonada en la adolescencia, ya adulto para irte de casa, pero no del todo completo y maduro como persona. Es un lazo afectivo y cultural profundo que nos mantiene unidos. Tener un Ministerio al que acudir y que se preocupe exclusivamente de mantener vivo, apoyar, proteger y fortalecer ese vínculo es fundamental para nosotros. No puede ser el Ministerio de Asuntos Exteriores, que ya tiene demasiadas funciones y gestiones complejas sino un Ministerio dedicado a los que son italianos pero que no viven dentro de las fronteras de la bota. Un italiano que está en el extranjero necesita de un organismo institucional que garantice la igualdad de derechos y deberes. Los consulados no son suficientes porque están saturados y no dan el apoyo que merecen los italianos, entonces necesitamos, como en los años 90, renovar el ministerio de los italianos en el mundo que trabaja para mejorar los acuerdos con los países receptores.