Estar atenta al medio ambiente, vivir de forma sustentable, es posible. Pero la etiqueta en el pecho no es suficiente para definirme como tal. Necesitamos un compromiso diario que transforme nuestros hábitos y los haga verdaderamente verdes y que poco a poco se vuelvan naturales.
Con mi familia hemos desarrollado buenas prácticas que mis tres hijos también han adquirido sin dificultad. Transmitir acciones sustentables en la familia a largo plazo tiene sus beneficios para toda la comunidad. Puedes comenzar a partir de hoy a cambiar tu mañana. Les sugiero 5 acciones simples para comenzar tu viaje hacia una vida consciente del medio ambiente:
- Prohibición de botellas de plástico. Mi casa está casi completamente libre de plástico. Para beber tenemos la depuradora en el lavabo para sacar el agua. Hay muchos tipos, puedes elegir el que más te convenga.
- Madres verdes. Siempre he usado pañales lavables o compostables y he intentado anticipar al máximo la autonomía de mis pequeños. También se sentirán mejor porque los pañales de algodón o compostables reducen significativamente la irritación de la piel. Es una cuestión de hábito y organización.
- Quemar calorías y no energía y combustibles. Prefiero la bicicleta que el auto o con los niños me muevo a pie siempre que puedo.
- Menos envases. Volvamos a la naturaleza. Bolsas de papel donde poner fruta fresca en el momento de la compra, no fruta envasada en envases monodosis.
- Abejas nuestras amigas. Para guardar los productos en la heladera, evito el film para alimentos y el papel aluminio, utilizo paños de cera de abeja, que son ecológicos y no tóxicos. La alternativa adecuada para el almacenamiento de alimentos.
Están hechos en algodón encerado 100% orgánico de industria completamente italiana. Estos son solo cinco buenos hábitos que toda familia puede implementar fácilmente pero que podrían generar un circuito virtuoso si se multiplicaran en muchas comunidades.